Hoy, en nuestra diócesis, celebramos el “Día del Seminario” con el lema “Padre y hermano, como san José”.
El Papa Francisco ha puesto en este año la figura de san José en el centro de atención de nuestra vida de fe. La vida de san José, esposo de María, se caracterizó por la paternidad que ejerció sobre Jesús, para que el Hijo de Dios pudiera crecer con seguridad y prepararse para llevar a cabo su misión: cumplir la voluntad de su Padre Dios. Esa es la función que desempeña el Seminario: cuidar con esmero las vocaciones sacerdotales para que crezcan en fidelidad y preparar a los seminaristas para que cumplan la misión que la Iglesia les confíe y que tantas comunidades cristianas están necesitadas.
Pidamos que la llamada de Dios siga moviendo corazones, y no sólo de los jóvenes, sino la de todos nosotros para que con nuestra oración y nuestra colaboración económica contribuyamos con la tarea del Seminario: formar, humana y espiritualmente, a los futuros sacerdotes que han de ser auténticos "padres y hermanos" para nuestras comunidades cristianas.
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