La conocida popularmente como Iglesia del Pilar, sede de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar y San Lorenzo, tiene sus orígenes en 1611, tras la licencia concedida a los padres de la Orden de Predicadores (dominicos) por Don Baltasar Borja, canónigo de la catedral de Valencia, para fundar una casa bajo la advocación de Santa María de la Consolación. La comunidad debía estar compuesta por doce religiosos predicadores y confesores que se encargarían de la atención espiritual a los ajusticiados y a los enfermos del hospital, situado en una zona próxima.
Sin embargo, cambió de advocación por el de Nuestra Señora del Pilar, tras la importante donación realizada por Baltasar Simó de Valterra, rico mercader de libros y natural de Zaragoza, por ser gran devoto de la patrona de su ciudad.
El convento constaba de un claustro de dos pisos, alrededor del cual estaban todas las dependencias conventuales: portería, sala capitular, cocina, refectorio; en el piso alto el dormitorio comunitario, las celdas individuales, la biblioteca y el archivo. A ambos lados del claustro, la iglesia con campanario y el huerto. El convento estaba adosado a la muralla, muy próximo a la llamada Puerta de Torrente o de los Inocentes (al principio de la actual calle del Hospital).
Las obras se habían iniciado en 1638, según un proyecto del carmelita Fray Gaspar de San Martín y cumplió sus funciones y vida conventual hasta la Guerra de la Independencia, en que se convierte en hospital para atender españoles heridos. Con la conquista de Valencia por el mariscal Suchet, los monjes son deportados a Francia, no regresando hasta 1816.
En 1835, con la desamortización de Mendizábal, el convento pasa a ser hospital militar y cuartel de Intendencia. Como cuartel continúa sus funciones hasta 1961 en que la unidad que lo ocupaba es trasladada a uno de los acuartelamientos de la Alameda. En 1964 el convento es derribado, quedando la iglesia y una dependencia aneja, con acceso por la plaza del Pilar, conocida como capilla del Rosario, actualmente desacralizada y utilizada para diversas actividades parroquiales. En 1903, se traslada a esta iglesia la parroquia de San Lorenzo, compartiendo titularidad con Nuestra Señora del Pilar; hecho éste no muy conocido, como lo prueba el hecho de que sea conocida exclusivamente como iglesia del Pilar.
DESCRIPCIÓN
La iglesia, tercera de las que ha tenido el convento, responde, como ha quedado dicho a un proyecto del carmelita Fray Gaspar de San Martín y comenzó a construirse en 1659, dándose por finalizadas las obras en 1692, una vez finalizada la decoración interior, realizada por Francisco Giner.
El templo es de planta basilical de una sola nave de cuatro tramos, nave de transepto de la misma longitud que la anchura de la iglesia, seis capillas laterales (tres por lado), coro alto a los pies, bóveda de cañón rebajada con lunetos y cúpula de media naranja sin tambor y apoyada sobre pechinas en el crucero; el presbiterio en un plano más elevado que el resto del templo, con testero plano sin retablo (destruido en 1936), decorado con pinturas al fresco alusivas a la devoción a la Virgen del Pilar. Estos frescos son obra del artista valenciano José Nogales y fueron realizados en 1940. A los pies del templo, en la última estancia del lado del evangelio (izquierda según se accede) y que durante muchos años acogió el baptisterio, se ha instalado recientemente un columbario. La sala está decorada con interesantes pinturas de diversos autores y temáticas. Sobre la puerta, un retrato del Papa San Pío V (dominico). Sobre las capillas laterales que recaen a la nave central hay tribunas o balcones. Es de destacar la decoración interior con estucos barrocos dorados de rosetas, motivos vegetales, hojas de acanto, vides, cabezas de querubines, dorado presente en todos los elementos decorativos y que contrasta con el color blanco de muros y paramento
La torre campanario, de escasa altura, es de planta rectangular y consta de tres cuerpos. El de campanas está adornado con balaustradas y uno o dos ventanales por lado. La terraza tiene una amplia cornisa y cuatro pináculos. Las campanas, destruidas en la guerra civil, fueron repuestas en los años cuarenta y llevan por nombres el Tiple, la Mitjana y la Gran.
La portada, La portada, de estilo barroco, fue realizada por el maestro albañil Bautista Pons. Es de una gran belleza, adintelada, a cuyos lados hay dos columnas dóricas de fuste estriado y dos pilares acanalados, apoyados sobre un zócalo de piedra. El entablamento o cornisamento (arquitrabe, friso y cornisa) está rematado con bolas y adornos piramidales. En el centro, una hornacina flanqueada por pilares estriados de estilo jónico; en su interior la imagen de la Virgen del Pilar y como remate, en frontón partido, el escudo de los dominicos. La fachada es un imafronte de perfil ondulado en su remate y adornado con un pináculo central y bolas en los extremos.
CAPILLAS
La capilla de los pies, a la derecha según se entra (lado de la epístola) está dedicada a Santa Rita, cuya imagen con frescos de la Sagrada Familia ocupa el centro del retablo. Sobre repisas laterales, imágenes de San Lorenzo Mártir y San Gil Abad. Sobre la mesa del altar imagen de San Vicente Ferrer. Los muros laterales se decoran con plafones murales, enmarcados con molduras rococó. Representan un milagro del santo y la aparición de Cristo a San Vicente en su lecho de muerte. Los paneles cerámicos de los zócalos representan, el de la izquierda las tentaciones de San Vicente Ferrer y el de la derecha aspectos relacionados con la penitencia. Muy interesantes son los óvalos cerámicos de los pilares de entrada a la capilla, relativos al anuncio de la llegada de las naves a Barcelona (izquierda) y de una difunta (derecha), en prueba de ser el Ángel del Apocalipsis.
La capilla siguiente está dedicada a la Virgen de los Desamparados, representada en una imagen de bastidor. La capilla está decorada con frescos de la Sagrada Familia, de Joaquín Ximeno (Siglo XVIII), con estos títulos: Descanso en la huida a Egipto, el Taller del carpintero, el sueño del Niño Jesús y Comida de Jesús con sus padres. En la parte inferior del retablo hay una imagen de San Pancracio en una hornacina; tiene un libro abierto en el que se lee: "Venite ad me, et ego dabo vobis omnia bona" (Venid a mí y os daré todos los bienes). Los paneles cerámicos son los más modernos (siglo XIX); son de formas geométricas y no representan ningún mensaje.
A continuación, la capilla dedicada a San José, con imagen de Roberto Rubio; San José lleva al Niño Jesús en brazos y la rama florida. En los muros dos lienzos al temple representan la dormición de la Virgen y la muerte de San José. Los paneles cerámicos, del siglo XVIII, incluyen elementos vegetales, rocallas, ángeles y otros detalles decorativos barrocos. En el lado izquierdo vemos el anagrama de la Virgen María y en el derecho la vara florida de San José. En los pilares de entrada a la capilla, jarrón con decoración vegetal y floral.
La primera capilla del lado del evangelio está dedicada a la Virgen de los Dolores, cuya imagen ocupa la hornacina superior del retablo; en la inferior imagen de Cristo cayendo con la Cruz. Ambas imágenes son "de vestir". De muy notables podemos calificar los lienzos que decoran los muros laterales y que representan Predicación de San Vicente en la iglesia del Salvador y entronización de la imagen del Salvador por parte del arzobispo Santo Tomás de Villanueva. Son muy interesantes los paneles cerámicos de esta capilla, uno representando la llegada del Cristo del Salvador aguas arriba del Turia, y el otro una procesión pública con dicha imagen, en la que se representa una pintoresca vista de la ciudad y una muchedumbre de cabezas que asoman por los pretiles del cauce.
La capilla siguiente está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, cuya imagen preside el retablo; se cree que fueron sus autores los escultores Rausell y Lloréns. En la parte inferior del retablo, en una hornacina, imagen de la Inmaculada Concepción. En los muros laterales dos lienzos representan a Santo Tomás de Aquino como doctor de la Iglesia y el otro el éxtasis de Santa Catalina de Siena. Los paneles cerámicos representan a los mismos personajes, Cristo en la cruz elogiando a Santo Tomás por la Summa Teológica y el otro a Santa Catalina de Siena, con corona de espinas, exhortando al Papa a poner fin al Cisma de Occidente.
La tercera capilla está dedicada a San Antonio de Padua, cuya imagen ocupa una hornacina en el centro del retablo; en la parte inferior un icono de la Virgen del Perpetuo Socorro. En los muros dos lienzos de José Renau Montoro representan dos milagros del santo. Los paneles cerámicos son de tipo geométrico, sin ningún tipo de mensaje historiográfico.
LIENZOS
En cada testero de la nave del transepto encontramos sendos lienzos de gran formato en tela de sarga (imitando un tapiz), que representan escenas del Compromiso de Caspe. Estos lienzos se utilizaban como fondo del escenario que se montaba en la plaza para la representación por niños de los milagros de San Vicente. En el lado de la epístola, debajo del lienzo, hay una imagen a tamaño natural de Cristo crucificado. En el lado del evangelio se han instalado diez lienzos (de los trece que había en el retablo) y que pudieron salvarse de la destrucción que sufrió en el año 1936. El retablo debió ser grandioso, ya que ocupaba todo el testero del Altar Mayor. El padre Teixidor hizo una pormenorizada descripción de la colocación de los lienzos en el retablo. Los diez que se salvaron representan a Santa Catalina Mártir, San Gonzalo de Amarante, Santa Columba de Reati, Santa Inés de Montepulciano, San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino, Santa María Magdalena, San Telmo, San Agustín Lucerino y San Jacinto.
SACRISTÍA Y CAPILLA DE LA COMUNIÓN
Reseñemos, por último, las dos estancias que completan el conjunto de la iglesia del Pilar: la sacristía y la Capilla de la Comunión. La sacristía, con acceso desde el lado de la epístola, es una amplia estancia con dos cajoneras grandes y varios armarios en los que se conservan vestiduras y ornamentos sagrados. Por una puerta gemela con la de la sacristía, por el lado del evangelio se accede a la Capilla de la Comunión. Es un pequeño templo con nave de tres cuerpos y presbiterio cubierto con cúpula de media naranja, decorada con frescos alusivos al Patriarca San Juan de Ribera. Está presidida por una imagen de Cristo crucificado.
LA CRIPTA
A raíz de la desamortización de Mendizábal del Siglo XIX, el convento de los dominicos de El Pilar fue transformado en cuartel siendo cegada la cripta que durante los siglos anteriores fue utilizada como lugar de enterramiento.
La cripta ocupa una superficie aproximada de doscientos metros cuadrados en el subsuelo de la capilla del Rosario, desde la que se puede acceder a ella a través de una trampilla.
Cuando se descubrió la cripta, para cuyo hallazgo el párroco contaba con un grupo de voluntarios, hubo un intento de convertirla en un columbario de cenizas, pero la idea no fue aprobada por el Arzobispado.
Actualmente no hay ningún proyecto de recuperación y utilización futura de este espacio tan singular.
Digamos, finalmente, que el conjunto de la iglesia del Pilar fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional el día 12 de agosto de 1982
Texto
José Martínez Ibáñez
Fotografías
Equipo de Cáritas de la Parroquia del Pilar
Bibliografía
"Paseando por Valencia" J. Díez Arnal
"Catálogo monumental de la ciudad de Valencia" V. Montoliu Soler, M.A. Catalá
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